Colección
Nihil novum sub sole
Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuerte, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados.
Desde mi atalaya vi que las criaturas se meneaban abajo hacia acá y hacia allá ordenados o sin orden aparente, no sé. A veces se chocaban y se desbarataban, no sé si por accidente o inducidos por una orden superior. Algunos iban con zaragüelles raídos, otros no, todos cubiertos de polvo. Tentado estoy de avisarles antes de que se choquen.